Galería

En la pintura de Carmen Izquierdo vemos una evolución en los cambios de color y forma, un cambio que se aprecia levemente siendo fiel a sus gustos pictóricos, su pueblo y sus costumbres, en cuanto a temática y técnica.

En estos años como pintora sus cuadros han ido desde el impresionismo a la abstracción, pasando por su realismo tenue. Vemos unos cuadros donde el color y la luz nos envuelven en una atmósfera cálida y serena.

Sus obras nos hacen respirar el aire puro de estos pueblos y paisajes. Nos hacen sentir nostálgicos e incluso consigue que añoremos aquello que no hemos visto. Transforma la luz en colores personales, que a veces nada tienen que ver con la realidad. Nos muestra su propia visión; suelos amarillos, naranjas o verdes; paredes rosas y celestes, es lo que produce la magia en estos cuadros. La parte más abstracta de su obra tiene un colorido más intenso, manchas de color tan puro que vibran por sí solas, además usa los contrastes de color de forma magistral, como sólo ella sabe hacer.