Julián Delgado y Cecilio Chaves nos muestran sus pinturas en el antiguo mercado
El pasado sábado 14 de diciembre tenía lugar la inauguración de la exposición conjunta de los pintores gaditanos Julián Delgado y Cecilio Chaves en la sala del antiguo mercado de Abastos.
Juntos pero no revueltos, en una exposición en la que la sala se divide en dos mitades y cada uno ocupa su lugar. En una muestra que estará abierta hasta el 25 de enero de 2020 en el horario de apertura de esta sala, de lunes a viernes de 11 a 14 y de 18 a 21 horas, y los sábados de 11 a 14 horas.
Julián Delgado nació en Benicarló pero es en Cádiz, ciudad a la que llegó siendo muy joven, donde tuvieron lugar sus inicios pictóricos. Aunque se define como autodidacta, es un artista con una amplia formación tanto en la Escuela de Arte como en Publicidad Artística, grabado y estampación o diversos estudios sobre anatomía y pintura del natural y paisajismo.
Tuvo la suerte de encontrarse en el camino con pintores tan fabulosos como Hassan Bensiamar, quien con generosidad le tendió la mano de forma altruista. A partir de ahí, su camino comenzó a «pintarse» de estudio en estudio, sin dejar nunca de aprender, conformando, poco a poco, una luminosa trayectoria que sin duda deslumbra.
En referencia a Cecilio Chaves, se licenció en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y completó sus estudios en Alemania, en la Staatliche Hochschule Für Bildene Kunste de Frankurt. Ha desarrollado su carrera desde Vigo y Cádiz, pero ha mostrado su obra en exposiciones individuales en importantes galerías de Andalucía, Galicia y Madrid, así como en colectivas internacionales en espacios de Costa Rica, Alemania o Portugal.
En Cádiz, donde actualmente reside, es conocido como el pintor de azoteas, aunque su pintura abarca mucho más. Con ella se eleva a los cielos gaditanos, se envuelve en el manto de su luz y la despliega técnicamente entre pretiles, antenas y típicas torres miradores del caserío dieciochesco de la ciudad. Pero igual que sube a los cielos gaditanos, desciende sin dudarlo para recorrer sus calles, hacerse con sus esquinas y atrapar el halo nocturno de bellas arquitecturas con embaucadoras sombras.